¡Feliz Año Nuevo!

Después de mucha insistencia logramos que la Niña Topo prepare el plato principal, yo me ocupé de mi especialidad (la ensalada del musgo que se junta detrás del sillón grande) y Nico del postre, budín de pan con dulce de leche- sin crema, porque estamos empezando una dieta para adelgazar.

La noche pasó tranquila, sin mayores sobresaltos, aunque un poco pesada de a ratos porque Nico y la Niña Topo se juntan, se separan, y de pronto se ponen que no pueden sacarse las manos de encima. Es algo incómodo pero debo ser comprensiva.

Una linda novedad es que nos llegó una postal de parte de Ernesto Enrique, nuestro queridísimo sapo que se fue a vivir a un Country en Pilar. En ella aparece él, muy elegante posando para la foto que ven a la derecha. También hemos recibido, con gran sorpresa, un saludo de año nuevo del Vengador Solitario, que a estas alturas quién sabe en qué andará pero esperemos que le vaya muy bien, o por lo menos aceptablemente bien.
No hablé aún con mis compañeros, pero he intentado comunicarme con la abuelita, y no logré contactarla... No se qué pasará. Pero trato de no preocuparme, teniendo en cuenta que no es la primera vez que desaparece.


Desde aquí abajo les deseamos a todos un año no tan malo como pinta, porque estuvimos leyendo el diario y me parece que esta vez es la posta, esta vez se acaba el mundo eh, que si no es por un terremoto general o una ola gigante de calor o un tornado interminable, será por un colapso financiero o un régimen fascista que decida exterminar boludos (y sabemos muy bien que por estos pagos hay unos cuantos).
Cuidensén, y ojo con la humedad que es terrible para los huesos.